jueves, 25 de agosto de 2011
domingos verdes
Como las noches en vela leyendo sueños en las hojas de un libro. Como los amaneceres grises recogiendo sus besos y guárdandolos entre las hojas, para saber por donde te quedaste soñando ayer. Como cuando sale el sol y apenas hace frío, y la lluvia te muerde la nariz y huele como te gusta, y ves que las medias están en el suelo y que la habitación no parece la misma. Entonces,en ese mismo instante, es cuando te das cuenta de lo tierna que pareces cuando te miras al espejo desde la cama, aún entre legañas. Entre el calor de la cama que te regalo tu madre sólo cuando sabías que te gustaba el olor a lluvia. Cuando aún no sabías lo que te gusta que te rocen con la planta fría de los pies o que te muerdan con los ojos. O que te lleven al fin del mundo las tardes de Domingo.
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